martes, 1 de diciembre de 2009

USO CORRECTO DE LAS TICs


Con las nuevas tecnologias se debe tener una correcta etiqueta y manejo prudencial de los medios por lou cual es importante desarrollar los siguientes temas:

Implementación de las TICs en la educación


Hoy en día las tecnologías de la información y la comunicación se han configurado como principal elemento de recepción, difusión y almacenamiento de información. Es por eso que su influencia en el sistema educativo ha sido, y necesariamente debe ser, importante. Como advierte Tedesco (2000)[9], la existencia de las nuevas tecnologías genera el problema de la acumulación de conocimientos en los circuitos que ellas dominan, lo cual hace necesaria su inclusión en las políticas educativas, puesto que de no hacerlo se “puede condenar a la marginalidad a todos los que queden fuera del dominio de los códigos que permitan manejar estos instrumentos”.

Ciertamente, la aplicación de las TICs se conforma como una de las maneras más relevantes para generar un desarrollo en los resultados escolares y la inclusión de grupos. En este último aspecto, cobra gran importancia la Internet. Como señala María de las Nieves Alva Suárez (2003)[10], la Internet ha derribado las barreras que el aula y el mundo exterior establecen, y genera una conexión entre alumnos y profesores planteandolos como “iguales virtuales”. A su vez, expresa que: “entre el aula convencional y las posibilidades de acceso a materiales de aprendizaje desde cualquier punto (…) existe todo un abanico de posibilidades. Se trata, en definitiva, de incrementar las oportunidades educativas”.[11]

Por lo tanto, la necesidad de una implementación de las TICs en la educación es innegable, ya que aporta nuevos elementos para la formación y aprendizaje. Pero, a su vez, genera cambios en el ámbito escolar. En este sentido, Manuel María Moreira (Alva Suárez, 2003)[12] menciona algunos de los cambios más sustantivos que puede generar la inclusión de redes de computadoras:

• Las redes telemáticas permiten extender los estudios universitarios a colectivos sociales que por distintos motivos no pueden acceder alas aulas;

• La red rompe con el monopolio del profesor como fuente principal del conocimiento;

• La utilización de las redes de ordenadores en la educación requieren un aumento de la autonomía del alumnado;

• Las redes transforman sustantivamente los modos, formas y tiempos de interacción entre docentes y alumnos;

• Internet permite y favorece la colaboración entre docente y estudiantes más allá de los límites físicos y académicos de la universidad a la que pertenecen.

Es así como, además de abrir nuevas formas y caminos para la educación, las nuevas tecnologías producen y requieren de cambios, los cuales son necesarios para el correcto uso de las mismas. De no producirse así, las TICs no harán más que ser elementos adyacentes y relativos en la educación. Como expresa Álvaro Galvis (1999)[13], si bien las nuevas tecnologías influirán en las formas de aprender, son sólo “herramientas que pueden ser utilizadas bien o mal, pero que por sí solas no garantizan cambios en las maneras de afrontar el hecho educativo”.

En conclusión, la implementación de las TICs es necesaria debido al papel que actualmente cumplen como vehículos de información y conocimiento. Sin embargo, su aplicación necesita de cambios en el sistema educativo y, a su vez, produce cambios en el mismo. Este hecho ha generado lo que podría llamarse un ‘nuevo paradigma educativo’.[14]

Un nuevo paradigma educacional

La inclusión de las nuevas tecnologías en el ámbito educativo produciría (como ya se dijo) cambios, nuevas visiones y necesidades sobre los currículos que se deben adoptar en la formación. Como se señaló con Majó[15], ese caudal de información circundante en esta ‘sociedad de la información’, necesita de herramientas en el individuo que le permitan tomar los conocimientos más importantes y realmente necesarios. Por lo tanto, se reconoce un aspecto fundamental de esta nueva sociedad: La necesidad de poseer una posición dinámica.

Uno de los tópicos que más persisten en la actualidad es la idea de “aprender a aprender”. Sin embargo, y siguiendo a Joan Majó, es necesaria, también, una predisposición del individuo a “desaprender”, esto es, estar abierto a la posibilidad de desechar conocimientos que puedan no resultarle prácticos en la actualidad; y, a su vez, poseer una actitud de flexibilidad, renovación y relativismo frente a determinados conocimientos[16]. En esta línea, Alva Suárez afirma que: “la persona ‘educada’ no sólo debe ‘saber’; la persona educada debe tener la destreza, habilidad y deseo de aprender y adaptarse cada día al nuevo entorno”.[17]

Por otra parte, se mencionó el hecho de la implementación de las tecnologías y las oportunidades educativas que esto genera. Al respecto, se puede aclarar que la incorporación de éstas al ámbito educativo “promueven la creación de nuevos entornos didácticos que afectan de manera directa tanto a los actores del proceso de enseñanza-aprendizaje como al escenario donde se lleva a cabo el mismo”. (Silvia Elstein, 1999)[18]

Es aquí, entonces, donde se genera el cambio más importante. La implementación de las TICs en el sistema educativo necesita de la adaptación y trabajo de los actores para desarrollarse óptimamente:

“El impacto de las nuevas tecnologías en la educación se refleja particularmente en cambios visibles y tangibles, tanto en el rol de los docentes como en el de los alumnos. Al modelo en el cual los primeros eran agentes activos de la enseñanza, ‘dueños del conocimiento’ que transmitían en forma directa a alumnos que se comportaban como simples receptores pasivos, (…) le ha sucedido otro, en el cual alumnos y profesores aprenden en forma conjunta en un entorno mucho más enriquecedor”. (Sánchez Zinny y otros, 2001)[19]

Retomando la concepción de Majó[20], en la sociedad del conocimiento el individuo no culmina su instrucción en la etapa escolar, sino que continua durante toda su vida. Por esta razón, la flexibilidad y el deseo de aprender son fundamentales en el estudiante e individuo de esta sociedad. Pero en el caso del profesor, también debe modificar su accionar: los maestros pasarán de ser transmisores de conocimiento a ejercer una “tutoría direccional” y de intermediario alumno-conocimiento, ordenando información, dirigiendo a los alumnos hacia donde pueden encontrarla y haciéndole notar la diferencia de calidad entre las diferente informaciones. (Majó, 2000)[21]

En resumen, la integración de las TICs al sistema educativo producirá y/o necesitará modificaciones en los actores implicados en el proceso de enseñanza-aprendizaje; cambio necesario, a su vez, para un efectivo y eficaz uso de las nuevas tecnologías en la educación. Por esta razón es que se habla, hoy en día, de un nuevo paradigma educativo.

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